Jorge Mamani se sorprendió. De Apaña bajó hacia Ovejuyo y también dejó muy poca agua. En Chasquipampa había más gente y, al final, tuvo que dejar el recurso en el tanque fijo que se instaló en esa zona. “Me sorprende porque ayer había mucha gente, ahora no salió casi nadie”, expresó el conductor.
Los cisternas que recorrían ayer por la mañana los barrios de Irpavi, Irpavi 2, Bella Vista, Bolognia, Los Pinos, El Pedregal, Calacoto, Alto Obrajes y Obrajes entregaron agua a muy pocas personas, que desde el miércoles almacenan el recurso en sus casas. “Salgo a recoger agua para cocinar hoy y para otras cosas, pero en casa llené el tanque para sobrevivir unos días”, relató María Jiménez, vecina del barrio de Chasquipampa.
Otras personas, como Manuel Espinoza, pedían al chofer del cisterna que ingrese a las calles adyacentes a las avenidas para evitar cargar los bidones. El conductor les hizo caso.
Hubo más cisternas
El comandante del Ejército, general Luis Ariñez, detalló que ayer operaron 51 cisternas que lograron tranquilizar los ánimos de la población. Dijo que hasta el fin de semana habrá 100 vehículos para cubrir más de un centenar de barrios.
En el hidrante de Miraflores, cerca del hospital Obrero, expertos del Ministerio de Salud, de la Gobernación de La Paz y de la Alcaldía de La Paz verificaban el control del agua que se transportaba. No hubo resultados negativos, a pesar de que el defensor del pueblo denunció que el líquido estaba contaminado.
Ayer empezaron a instalar los tanques fijos en cada barrio afectado. Son 44 depósitos, elaborados entre el Gobierno y la Alcaldía, que serán llenados hoy para que la población pueda adquirir agua en cualquier momento del día.
Cada persona recibe hasta un máximo de 50 litros de agua de cisternas y cuatro baldes de los tanques fijos
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