Sunday, November 27, 2016

Cambio parcial de redes puede evitar fuga del 50 por ciento

Según un experto en el tema, la renovación parcial de las redes de agua viejas puede reducir a la mitad las pérdidas de agua en menos de dos años. En ese sentido, el cambio debe tomar en cuenta dos aspectos fundamentales: la planeación y el uso de materiales que permitan instalar redes seguras. En ciudades como Cochabamba, La Paz y El Alto —afectadas actualmente por falta de agua— casi la mitad del agua ofertada se pierde por fugas en las tuberías.

Gustavo Heredia, especialista en agua y saneamiento, señala que la actual escasez de agua responde a la ruptura del balance hídrico, causada por una mayor demanda y una menor oferta. “Las fuentes de agua no se están recargando como antes, llueve menos y hay menos producción de agua; pero, del otro lado, la población crece y consume más”.

Para recuperar el equilibrio, explica, se debe atacar el problema desde todos los flancos. Ello implica mejorar las fuentes de agua, tener un consumo moderado y racional de la misma, y evitar las pérdidas del recurso. “El último componente es muy importante porque el agua que se está perdiendo en este momento equivale a la cantidad que producen las fuentes importantes”.

En Cochabamba, se pierde el 46 por ciento del agua, debido a las fugas que derivan del mal estado de las tuberías. La renovación de tuberías en 90 manzanos del centro de esa ciudad demanda una inversión de 61 millones de bolivianos y, en abril, se perdió un financiamiento de 46.5 millones de bolivianos para el proyecto debido a la modificación de la propuesta inicial.

Por otra parte, un informe del Ministerio del Medio Ambiente da cuenta que las pérdidas totales de agua potable en las ciudades de La Paz y El Alto, sobre todo, por fugas subterráneas en tuberías de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), son de hasta un 45 por ciento de la oferta.

“Tiene que haber un buen plan de renovación porque no es necesario cambiar toda la red para ver una gran mejora”, afirma Heredia. Si el cambio se hace en lugares estratégicos, donde más agua se está perdiendo, “en menos de dos años se puede reducir las pérdidas a la mitad”.

Lo anterior ha quedado demostrado, dice, en otras ciudades del mundo que han reducido el volumen de agua no contabilizada en poco tiempo gracias al cambio total o parcial de sus redes: Bangkok (Tailandia), de 36 a 10 por ciento ; y Teplice (República Checa), de 34 a 23 por ciento .

La mayor pérdida de agua, precisa, ocurre en dos lugares: en las uniones entre tubo y tubo, y en las acometidas, las conexiones entre una casa y una matriz de distribución.

Además de la planificación, Heredia recomienda el uso de materiales libres de fugas. “Lo que proponemos es el uso del polietileno de alta densidad; con ese material se pueden realizar uniones tubo a tubo por electrofusión o termofusión, es decir soldando un tubo al siguiente para volverlos uno solo, esa unión no filtra agua”, menciona el también gerente de Plastiforte, fabricante en Bolivia de los tubos hechos con ese polietileno.

Aunque esos tubos son entre 10 y 15 por ciento más caros que otros, duran más, entre 50 y 100 años, asegura Heredia. Las tuberías que necesitan cambiarse en el país son de fibrocemento, material cuya vida útil es de 12 años; de hierro, que dura entre 12 y 20 años dependiendo de la acidez del terreno; y de PVC, que tras 20 años de uso presentan pérdidas de agua en sus uniones.

En Cochabamba

46 por ciento se pierde, debido a las fugas que derivan del mal estado de las tuberías. La renovación de tuberías en 90 manzanos del centro de la ciudad demanda una inversión de 61 millones de bolivianos y, en abril, se perdió un financiamiento de 46.5 millones de bolivianos.

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