Thursday, August 18, 2016

Familias de 3 poblados migran al río Caine por falta de agua

e secaron los ríos de sus comunidades y para dejar de caminar entre 7 y 10 kilómetros para conseguir agua, alrededor de 55 familias, junto a su ganado, decidieron migrar a orillas del río Caine. Se trata de comunarios de Tolara, Chapini y San José del municipio de Anzaldo de la Mancomunidad del Valle Alto, que sufren por la sequía.

El Caine nace cerca de la población de Capinota de los afluentes de los ríos Arque y Rocha.

Las autoridades municipales informaron que el traslado de la gente es común en esta época porque realizan la denominada mishka (siembra temprana), pero este año, la situación es diferente porque ya no tienen agua en sus zonas.

Conforme a los registros de la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) de la Gobernación, en el departamento hay 31 municipios con declaratorias de emergencia y desastre. Anzaldo es uno de los que más ayuda necesita.

El alcalde Rubén Uriona informó que los pobladores que migraron son alrededor de 20 familias de Tolara, similar cantidad de San José y 15 de Chapini. Cada una tiene entre 20 y 100 cabezas de ganado caprino y entre 15 y 20 de vacuno.

“Ahora, los comunarios por el tema de la sequía se están yendo (hacia el río), sobre todo para tener agua para los animales”.

Son personas que tienen propiedades a orillas de ese afluente y este año fueron más afectadas porque perdieron sus cosechas de trigo y maíz en un 100 por ciento y de papa en un 90 por ciento .

El Alcalde dijo que cada familia siembra alrededor de tres hectáreas, la mayoría de trigo. Lo que menos cultivan es papa porque el costo de la semilla les resulta muy elevado. Por la sequía, este año la producción se afectó. “Prácticamente todo se ha secado”.

GARANTÍA Bajar a las orillas del río y realizar la siembra temprana de papa, verdura, caña de azúcar, maní y alfalfa puede estar garantizada pese al bajo caudal del Caine.

Cerca del afluente, los terrenos son pequeños, los grandes tienen una hectárea y los demás entre media y cuarta hectárea.

“Es cultivo de bajo riego. Hacen sus acequias para llevar agua del río Caine”, dijo el Alcalde.

BAJO NIVEL El director regional del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), Juan Carlos Alarcón, explicó que los afluentes menores se secaron, cuando a estas alturas del año en 2015 todavía ofrecían caudales. En el caso de los ríos que aún tienen agua, como el Caine, los niveles bajaron entre un 60 a 80 por ciento .

Anzaldo es uno de los cinco municipios con los que las autoridades nacionales firmaron un convenio, el 27 de julio, para perforar pozos, como parte del Plan Departamental de Mitigación de la Sequía. Sin embargo, hasta la fecha ni siquiera se hicieron los contratos para iniciar los estudios y luego excavar en sitios determinados para contar con nuevas fuentes de agua.

Estos afluentes son los que alimentan a la laguna de La Angostura, que en la actualidad sufre bajas y esto genera conflictos entre los municipios del Valle Alto y los regantes de los valles Bajo y Central. Los primeros no quieren que se libere el líquido porque, dicen, se afectaría a sus fuentes subterráneas y los segundos exigen que se desfogue el líquido el 20 de agosto para garantizar el riego de sus cultivos y, por ende, la producción de alrededor de 5 mil productores.

Alarcón recordó que, en el departamento, otros municipios perjudicados son los del Cono Sur. Ahí se secó el río Mizque que abastecía de agua a Omereque y Pasorapa.

Durante el conversatorio denominado “Cambio Climático y Agricultura Campesina: Efectos y Respuestas Alternativas en Cuatro Regiones de Bolivia”, realizado ayer en el Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Alarcón describió que los fenómenos que más afectaron en los valles interandinos fueron la sequía y la granizada. “Los productores han cosechado menos”.

MIGRACIÓN El Alcalde de Anzaldo mencionó que las familias que migran hacia el río Caine son menos porque cada vez se van más jóvenes hacia las ciudades.

El director regional del CIPCA se refirió al mismo tema y explicó que la sequía es un fenómeno que causa que la gente se vaya de sus lugares de origen.

Este efecto incide en diversos aspectos sociales, como el debilitamiento de las organizaciones, porque hay menos gente que asiste a las reuniones y asambleas, por ejemplo.

Alarcón mencionó que esto repercute incluso en la baja autoestima, porque los pobladores se preocupan por la sequía y no saben lo que pasará en los próximos años. “Hay situaciones de depresión y angustia en las familias”.

Además, las mujeres quedan con mayor responsabilidad, debido a que los hombres se van a las ciudades y sus parejas se quedan a cargo en los pueblos.

El docente investigador del centro Agroecología Universidad Cochabamba (Agruco) de la UMSS César Escóbar explicó que, ante la escasez de agua, es necesario considerar medidas para retener o cosechar el agua (con la conservación de fuentes e implementar reservorios medianos y pequeños), reponer la cobertura vegetal y diversificar los cultivos conforme a la variabilidad climática en las regiones.

Escóbar recordó que “donde hay poco hay conflicto”, como en la represa de La Angostura.

LOS TANQUES Dentro del Plan de Mitigación de la Sequía se contempló la entrega de tanques de plástico para el acopio de agua en las regiones afectadas por la sequía.

Uriona recogió, ayer, ocho tanques para Anzaldo. Sin embargo son insuficientes. “Estamos llevando a las unidades educativas. Por ahora, no tenemos carros cisterna, estamos mandando a hacer un tanque de 10 mil litros y lo vamos a acomodar a nuestra volqueta para llevar agua”.

El municipio de Omereque necesita alrededor de 16 mil bolivianos para trasladar los tanques que les entregaron en Santa Cruz para ese municipio, según el alcalde Héctor Arze.

Lo económico

Ante la falta de agua se generan problemas en la economía de los productores de las zonas rurales. Esto repercute en la migración.

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