Sobrio y cordial a la vez. El vicepresidente Álvaro García Linera evoca recuerdos de su juventud en Cochabamba y de cuando jugaba “trincheritas” hace al menos 40 años, cuando se hicieron las zanjas para el alcantarillado en El Prado.
Recuerda que el principal problema de la Llajta siempre fue la escasez de agua, por eso se pensó en Misicuni. Ahora que es el segundo mandatario de Bolivia promete no dejar sola a la ciudad, pero espera que las autoridades edilicias presenten proyectos, demuestren trabajo, planificación y, sobre todo, instalen las cañerías para renovar las redes en la ciudad para recibir las aguas de Misicuni.
P. La carencia de agua en Cochabamba se siente más que nunca. ¿Será que Misicuni es suficiente para encarar esta problemática o también se debe pensar en Corani como otra alternativa?
R. Lo primero es usar bien Misicuni. Aquí veo un problema de los cochabambinos, porque no se han hecho las inversiones para usar bien Misicuni. Esto es mu grave.
Las lluvias, que posiblemente comiencen en noviembre, van a empezar a llenar el embalse y lo más probable es que en marzo del siguiente año tengamos más agua. Sin embargo, no hay los tubos para distribuir y abastecer a la población. ¿Dónde están los tubos?.
Está bien que se hable de Corani, pero por lo menos lo que sale de Misicuni lo usaremos. Lamentablemente vamos a tener agua de Misicuni que no va poder llegar a la gente. Ahí hay una especie de huida hacia el futuro.
Corani hay que estudiarla, puede ser una buena opción, pero a Misicuni todavía no le hemos sacado el jugo, no le hemos dado su utilidad. Para ver ello hay que construir los sistemas de agua. ¿Dónde están las inversiones para llegar a la zona sur? Esa es una responsabilidad de las alcaldías, de la actual, de las anteriores.
El año que viene va llegar el agua de Misicuni, pero la población no la va poder recibir porque no hay cómo llegue al sur o centro. Como estamos, la mitad del agua se va a desperdiciar. Las instituciones de Cochabamba deberían preocuparse ya.
P. Sin embargo, ¿el Gobierno apoyaría Corani si fuera necesario?
R. Ahora, lo más urgente es el agua de Misicuni, además hay otra cuenca cercana que también se puede aprovechar.
P. De qué manera el Gobierno puede coadyuvar para que el problema del agua se solucione en el corto plazo?
R. La escasez de agua no es reciente. Recuerdo que hace 20 años había que madrugar para llenar el tanque de agua.
Lo primero es que haya voluntad de las autoridades locales para solucionar el tema de las redes. Es una responsabilidad de la Alcaldía. Ahora puede decir yo voy a asumir los tubos y voy a poner aquí y allá, y luego decirnos: Gobierno Central me está faltando aquí y ¿nos das una mano? La Alcaldía no puede decir que yo no me hago cargo.
Nosotros como Gobierno vamos a colaborar iniciativas proactivas y de compromiso mutuo de parte de la Alcaldía y de la Gobernación para resolver este tema.
Sin embargo, siento que se está eludiendo el debate cuando se habla de Corani, cuando el tema principal no está resuelto. Es una manera de esconder la cabeza.
Hoy, el problema fundamental de Cochabamba es la inversión en sus cañerías para utilizar el agua de Misicuni. Ahí debería dedicarse toda la atención.
Recuerdo que cuando era niño, hace más de 40 años, jugaba “trincheritas” en los huecos que se cavaron en El Prado para instalar las cañerías. Esas tuberías no se han cambiado, están viejas y se deben renovar de forma inmediata.
Siento que la ciudad no está teniendo una mirada planificada y realista de su destino. Nosotros estamos dispuestos a acompañar las iniciativas que hayan en ese sentido.
P. Apenas entró Jorge Alvarado a dirigir Misicuni dijo que faltaban recursos para terminar el proyecto. Hace días presentó un nuevo informe y dijo que todavía faltan más dinero. ¿No le preocupa que cada vez que entran nuevas autoridades a Misicuni pidan y pidan más dinero para terminar el proyecto múltiple?
R. Hay transparencia, va entrar la Contraloría una vez que se concluya el proyecto. Lo importante es que se muestre con transparencia el dinero que se está gastando y se valide. Creo que Misicuni era el proyecto más importante de Cochabamba. Cuando se lanzó Misicuni, con sus 120 metros, no se calcularon bien los costos. Cuando se inició la obra, parece que los técnicos e ingenieros nunca daban la cifra real por el miedo a que se suspenda, porque en esos tiempos hablar de millones era inalcanzable. Sobrevolando la represa vemos que es una megaobra y nos sentimos orgullosos por ello. Es la represa más grande de Bolivia y encima proveerá agua potable, agua para riego y electricidad. Creo que iniciamos la obra a un precio devaluado y con el tiempo se fueron dando cuenta que se necesitaba más dinero. Si hay que meter del cuello a alguien a la cárcel que lo hagan.
P. En ese marco, vemos que Semapa no ha cumplido sus obligaciones. Los alcaldes no hicieron su trabajo, incluidos los de su Gobierno.
R. Yo creo que cinco alcaldes de Cochabamba no han hecho su trabajo.
Cuando se comenzó el proyecto de Misicuni era que comiencen a colocar los tubos y no le quito responsabilidad ni a nuestro alcalde, ni a otros.
P. Pero, ¿no hay ninguna sanción?
R. Si pues, porque ahora el que sufre es el cochabambino, el vecino que no tiene agua. No hay agua en la tarde para ducharse, o al día siguiente para consumir.
P. El presidente Morales dio una fuerte cantidad de dinero para renovar el alcantarillado en la gestión del alcalde Castellanos ¿qué paso?
R. Así es… así es y esto es lamentable, hay que tomar decisiones ejecutivas, investiguen y sancionen a quien quieran pero hagámoslo, no hagamos al revés.
P.¿Hay mecanismos para que el Gobierno pueda presionar y acelerar para que Cochabamba tenga una solución al problema del agua a mediano o a corto plazo?
R. La clave es que las autoridades cochabambinas digan nos metemos a colocar tubos y si yo les veo trabajando para llevar agua a la zona sur cómo no voy a venir a cavar también. Están eludiendo el problema, están en actitud del avestruz que esconde la cabeza… este temita no lo toco, alguien lo va tocar. Lo que yo reclamo de manera respetuosa y cariñosa a las autoridades cochabambinas es que trabajen en el cambio de tubos para recibir Misicuni. Pero no veo esa voluntad y me da mucha pena. Sin embargo, vuelvo a decir que no vamos a dejar sola a Cochabamba ahora que carece de agua.
P. ¿Podría el Gobierno interceder ante las autoridades del agua para que Semapa presente un plan quinquenal? Cochabamba está igual que antes de la Guerra del Agua, hace 16 años.
R. Estuve en esa guerra, fui a la toma de Semapa ese día cuando se cayó el cartel. No estoy al tanto de idas y venidas de notas de la autoridad de agua.
P. La Autoridad del Agua dice que hay un vacío en la normativa para sancionar a Semapa por incumplimiento de su trabajo.
R. Qué grave … ese fue el problema que se tuvo antes y la Guerra del Agua se dio porque se estaba cobrando por aire, se te triplicaba el precio y eso molestó al pueblo.
P. Estamos en la misma situación ahora. La autoridad de Semapa admitió que los medidores no funcionan y sus lecturas no son reales.
R. No tengo esa información a detalle.
P. Da la impresión que no hay una entidad fiscalizadora a Semapa.
R. Es pues lamentable; sin embargo, quiero ser proactivo. Si hay que cambiar normas, se las cambia; si hay que perfeccionar leyes, se las perfecciona.
Lo importante es la voluntad para cambiar lo urgente y lo urgente son cañerías para recibir el agua que llegará de Misicuni. Si hay un plan de emergencia inmediato que nos hagan conocer y, por supuesto, que nos vamos a sumar a colaborar.
Las frases
El problema es...
“Pero si no hay plan de las autoridades regionales y si todo el mundo está eludiendo y gambeteando el problema, qué podemos hacer como Gobierno… sentirnos mal, sentirnos frustrados”.
El dinero...
“ Entiendo que hay problemas de financiamiento, pero eso se lo resuelve cuando hay plan y proyecto”.
El trabajo...
“No vamos a abandonar a Cochabamba... solo pedimos trabajo”.
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