Saturday, July 23, 2016

La perforación de pozos puede secar vertientes y otras fuentes

Quillacollo en el Valle Bajo y Arbieto en el Valle Alto de Cochabamba son solo un par de ejemplos de donde la perforación de pozos incidió en la desaparición de vertientes.

El ingeniero geólogo Jorge Alvarado explicó que la sobreexplotación de las aguas subterráneas puede secar otros pozos o desaparecer manantiales. El representante de las centrales provinciales del Valle Alto, Juan Zurita, manifestó que esto ya ocurrió en la zona de Muyurina en Arbieto.

Una de las medidas del plan para mitigar la sequía en Cochabamba es la perforación de 25 pozos en municipios azotados este 2016. Se trata de una acción de emergencia, sin embargo es necesario considerar áreas de influencia de los pozos para evitar riesgos.

Alvarado manifestó que los riesgos dependen de dónde están situados los pozos y sus características hidráulicas. Esto es posible solo a través de estudios de bombeo, que también permiten determinar las distancias aconsejables entre una y otra fuente.

“Con el tiempo puede haber explotación intensiva, descenso de niveles y secarse los pozos cercanos”.

Estos hechos tienen ejemplos cercanos, como el mismo centro de la ciudad de Quillacollo, donde también desaparecieron manantiales. Alvarado acotó que antes habían pozos que en la época de lluvia ofrecían agua que salía hasta la superficie, pero ya no existen.

El representante de las Centrales Provinciales del Valle Alto describió que, en Arbieto, perdieron vertientes. “Hoy en día ya no hay, por la perforación de la tierra. Eso hace secar y ahora falta para el consumo humano y para riego”.

Zurita recordó que hicieron las perforaciones en 2007 y esas fuentes están secas desde 2015. Los pozos tuvieron ocho años de vida.

“A un kilómetro del lugar también han perforado y la gente piensa que eso les ha quitado agua”.

El director ejecutivo del Servicio Geológico Minero (Sergeomin), Roberto Pérez, sostuvo que los riesgos “no son muchos” porque los acuíferos dependen de la profundidad a la que se perforan. Por ejemplo, en la zona altiplánica del país se encuentra agua a 20 o 30 metros, en los valles las profundidades van de 80 a 100 metros y en el oriente del país se estima entre 100 y 200 metros.

“Con esas profundidades casi no hay un riesgo para la naturaleza ni geológico ni de contaminación”.

Considerando que en lugares como Cochabamba es necesario cavar entre 80 y 100 metros, Alvarado explicó que no hay que abusar del uso, porque luego se tendrá que perforar a mayor profundidad.



HUNDIMIENTO No se pueden descartar las posibilidades de hundimiento cuando el uso de los pozos es indiscriminado.

El ingeniero geólogo advirtió que pueden darse hundimientos en la tierra cuando los caudales son bajos. Esto afectó en ciudades como México, en varios lugares.

“Puede ocurrir en Cochabamba si es que hay una sobreexplotación”.

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