Han pasado cinco años desde que se firmó el contrato para hacer realidad la segunda fase del Proyecto Múltiple Misicuni sin que se tengan avances significativos. De hecho, la represa que debía entregarse en 2012 ahora será concluida en abril de 2016. Pero, los problemas con los que se ha tropezado no sólo se traducen en daños económicos y de tiempo; sino también en perjuicios para la población que espera agua potable y de riego de Misicuni.
Según la investigadora y directora del Centro de Planificación y Gestión Social (Ceplag), Carmen Ledo, el 55 por ciento de los hogares de la región metropolitana, es decir 725.000 personas esperan el Proyecto Múltiple Misicuni debido a que carecen de un sistema “seguro” de abastecimiento de agua.
El panorama se complica puesto que según Ledo, el 50 por ciento de la población en el municipio no tiene acceso a “agua segura”. Respecto al 50 restante, el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa) tiene una cobertura del 55 por ciento con 69.700 conexiones. El resto, alrededor de 45 por ciento recurre a sistemas de abastecimiento autogestionados.
Sin embargo, la zona sudoeste de la ciudad es la más marginada respecto a la dotación de agua. Se estima que alrededor de 160.000 pobladores de los distritos 7, 8, 9 y 14 se dotan del líquido elemento por carros cisternas y pozos con agua de mala calidad que amenazan su salud. Entretanto en la ciudad, el déficit de agua se traduce en su racionamiento por días y horas.
La brecha respecto al acceso al agua también se manifiesta en el precio. El dirigente vecinal del Distrito 9 y diputado electo por el MAS, Leoncio Janko, informó que un turril de agua de 200 litros cuesta 5 bolivianos en zonas con calles asfaltadas; 7 en áreas de difícil ingreso y 10 en los lugares “más alejados” de la ciudad.
Ante ello aseguró que las 63 OTB de los distritos 8 y 9 esperan con ansias el proyecto “Agua al Sur” que trasladará las aguas de Misicuni al sur del municipio con un inversión de 11,9 millones de dólares. 80.000 familias serán las beneficiadas. Sin embargo, a diez meses de que Semapa y el Ministerio de Medio Ambiente y Agua acordarán materializar aquello, todavía no existen resultados.
Entretanto, “el peor drama” lo afrontan los municipios de: Sipe Sipe donde sólo el 11 por ciento de la población tiene acceso al agua; Vinto el 32 por ciento y Sacaba tiene el 38 por ciento de cobertura del servicio básico.
Riego
Entretanto, el representante de la Federación de Regantes de Cochabamba (Fedecor), Carlos Camacho, informó que más de 10.000 productores del departamento esperan las aguas de riego de Misicuni para atender cerca de 300.000 hectáreas de cultivos, en su mayoría de hortalizas y flores, con la dotación de 3.000 litros por segundo.
Asimismo, indicó que el valle bajo cochabambino genera el 50 por ciento de la producción de hortalizas del país. Por ello, de materializarse el proyecto Misicuni, la siembra de hortalizas sería realizada tres y no una vez al año. Como resultado, la producción incrementaría al igual que los ingresos económicos para la región.
Sin embargo, indicó que a falta de agua para riego, los productores del valle bajo y la zona sur de Cochabamba recurren a las aguas servidas del río Rocha y a la perforación de pozos. A la escasez de agua se suma el cambio climático y los loteamientos de áreas agrícolas. Camacho explicó que el agua del Proyecto Misicuni sólo llegará a Quillacollo, Vinto, Quillacollo y Tiquipaya, pero todavía no existe la canalización, ni los recursos para transportar el agua hasta las tierra productivas. Ante la falta de agua muchos optan por urbanizar sus tierras.
La presa de 120 metros lleva cinco años de construcción
Otro de los daños colaterales es el retraso de la ejecución de la segunda fase del Proyecto Múltiple Misicuni (PMM) la cual debía estar concluida por el Consorcio Hidroeléctrico Misicuni (CHM) en tres años (2009-2012). Sin embargo, tras la resolución del contrato por falta de solvencia financiera de la constructora ahora se extendió a siete (2009-2016).
Según un informe de la Contraloría emitido recientemente, “la falta de capacidad -del CHM- para incorporar personal clave a la obra” se constituyó en uno de los factores más importantes que incidió en la resolución de contrato y en el retraso de la obra.
Tras la ruptura del contrato, la obra estuvo paralizada más de diez meses. Durante este tiempo, la Empresa Misicuni contrató a dos empresas: Tecno Suelo Bolivia de México y Camce Engineering Bolivian Bronchs de China con un presupuesto de 5,7 y 58,9 millones de dólares, para ejecutar los cuatro paquetes que restan del megaproyecto.
Hoy la presa tiene un avance del 53 por ciento y una altura de 100 metros. La obra deberá estar concluida en 16 meses. El presupuesto inicial de la segunda fases era de 84 millones de dólares, ahora es de 125 millones de dólares. Se prevé que a fines de 2015 se comience a realizar el embalse de las aguas para llenar la represa de Misicuni y dotar de más agua a la población.
PUNTOS DE VISTA
CARMEN LEDO, DIRECTORA DEL CEPLAG
“Las escasez de agua es un drama”
La escasez de agua en los hogares cochabambinos es un drama que no se ha podido resolver todavía a pesar de todas las acciones que se han intentado materializar (…) La única posibilidad de solucionar este gran déficit que tenemos es Misicuni, de lo contrario estamos arruinados. Sin embargo, lo peor es que parece que no vendrá en los próximos dos años.
CARLOS CAMACHO, FEDERACIÓN DE REGANTES DE COCHABAMBA (FEDECOR)
“10 mil regantes esperan agua”
La Fedecor está esperando este proyecto desde hace bastante tiempo (…) entendemos que tiene varios problemas legales y problemas que de alguna manera nos dificulta para acceder al agua. Más de 10.000 regantes esperan mejorar sus condiciones de producción con las aguas de Misicuni (…) Con Misicuni podríamos ampliar las siembras- de hortalizas de una a tres cosechas al año.
MARCO CARRILLO, ASAMBLEÍSTA
“Misicuni llegará a tierra agrícolas”
Los municipios con mayor cantidad de tierras agrícolas y vocación productora son Sipe Sipe, Tiquipaya y Vinto. Si es que no se dota de agua para riego primero a esa región se corre el riego de perder tierras altamente productivas. Solamente en Sipe Sipe son 2.000 productores. Sería ideal que el Proyecto Misicuni llegue con fuerza a este municipio para, incluso, evitar que las aguas del río Rocha sean utilizadas.
PRIMERA FASE
Misicuni ya abastece con 400 litros de agua potable y riego por segundo
La primera fase del Proyecto Múltiple Misicuni (PMM) contempló la construcción del túnel de trasvase de 20 kilómetros para captar las aguas de los ríos Titiri y Serketa.
La construcción demandó siete años (1997- 2005) y una inversión de 80 millones de dólares.
El presidente de la Empresa Misicuni, Jorge Alvarado, informó que la obra dota de 400 litros de agua por segundo a los cochabambinos. De estos 250 son entregados a Semapa para el consumo de agua potable y 150 para el riego a cerca de diez comunidades, fundamentalmente, de Quillacollo y Tiquipaya.
El asambleísta, Marco Carrillo, informó que su utilización responde a un Plan de Emergencia. Añadió que en un inicio el megaproyecto tenía previsto dotar de agua para riego a más de 18.000 hectáreas; sin embargo, éste fue descendiendo a 16.000, 12.000, 8.000, 6.000 y 4.000 en su segunda fase. El sueño de Misicuni, como un proyecto hídrico, destinado a resolver la carencia de agua potable y riego en el valle cochabambino surgió en la década de los 60.
SEGUNDA Y TERCERA FASE
Presa prevé dotar 4.000 litros de agua por segundo a partir de 2016
La segunda fase PMM consiste en la construcción de la presa de 120 metros de altura. El presidente de la Empresa Misicuni, Jorge Alvarado, señaló que la misma abastecerá con un volumen de 110 a 120 litros de agua por día a los habitantes de la región metropolitana compuesta por Sacaba, Cercado, Colcapirhua, Tiquipaya, Quillacollo, Vinto y Sipe Sipe.
El proyecto prevé entregar 2.000 litros para agua potable y 1.000 para riego con los cuales se cultivarán 3.900 hectáreas. Por tanto, se abastecerá a toda la población hasta el 2021. Tras ello y ante el crecimiento demográfico se prevé un déficit de agua. Para ello la Empresa Misicuni prevé la construcción de la tercera fase. Esta consiste en el túnel que captará las aguas de los ríos Viscachas y Putucuni.
El diseño final de la obra fue concluido y entregado al Ministerio de Medio Ambiente, demandará cuatro años y regará 6.500 hectáreas. “Si no comenzamos a construir la tercera fase el 2016 nos veríamos en dificultades”, dijo.
COMPONENTE HIDROELÉCTRICO
Misicuni quiere aportar con 120 MW de energía al SIN
El PMM prevé la generación de energía hidroeléctrica tras la conclusión de la presa de 120 metros de altura. La Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), en una primera etapa el proyecto, podrá generar 80 megavatios (MW) y en una segunda 40 MW con los aportes de las aguas de Viscachas y Putucuni.
La importancia del proyecto radica en que Misicuni aportará en sus dos fases 120 MW al Sistema Interconectado Nacional (SIN), cuya demanda interna es de 1.200 MW, mientras que la oferta supera los 1.461 MW. Al respecto, el presidente de la Empresa Misicuni, Jorge Alvarado, aseguró que los primeros resultados de energía serán entregados en 2017. Entretanto, el asambleísta, Marco Carillo, aseguró que “ello dependerá de la capacidad de embalse de agua de la represa de Misicuni”.
Añadió que sólo funcionarán dos turbinas de ENDE en caso que la represa alcance los 80 metros de altura. Mientras tanto no funcionarán las tres turbinas porque se requiere llenar la presa hasta los 120 metros de altura.
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