Un estudio de la Facultad de Bioquímica de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), financiado por el Centro de Iniciativas de Cooperación de Desarrollo (Cicode) de la Universidad de Granada, estableció que existen más de 135 marcas de agua de mesa en el departamento. Pero, al menos el 30 por ciento son clandestinas y no cuenta con registro sanitario.
Sin embargo, el panorama se torna más crítico debido a que el Servicio Departamental de Salud (Salud), informó que en Cochabamba sólo existen 20 empresas con registro sanitario para vender agua garantizada para el consumo humano.
La investigación, denominada “Promoción de salud de consumidores de mesa y hielo en Cochabamba”, fue realizada por cuatro investigadores de la Facultad de Bioquímica y personal de apoyo de la UMSS entre noviembre de 2013 y agosto de 2014. Ésta realizó un control físico, químico y bacteriológico de la calidad del agua en base a cinco parámetros establecidos por la norma boliviana 355002.
Al respecto, la responsable del Laboratorio de Alimentos y Nutrición de la Facultad de Bioquímica de la UMSS, Gaby Espinoza, informó que entre las irregularidades más comunes se encuentran: la tenencia de registros sanitarios falsificados y parámetros por encima de los permitidos por la Norma Boliviana para la calidad de agua.
A ello se suma que en muchas de ellas se encontró microrganismos denominados “pseudomonas aeruginosa”, considerados de “mayor riesgo” para salud humana. Estos están de forma indefinida en el agua y provocan infecciones “a todo nivel”. Los microorganismos afectan a la población más vulnerable de niños, mujeres embarazadas, ancianos y personas con enfermedades crónicas como diabéticos o con cáncer.
Dijo que existe un riesgo “doble” de contaminación en las aguas embolsadas que se comercializan en los puestos de venta callejeros. Ello debido a la mala manipulación, permanente exposición a la interperie y la utilización de hielo industrial sin agua potable para su refrigeración.
Amenazas
Los riesgos del consumo de agua de mesa sin calidad ocasionan, en su mayoría, enfermedades gastrointestinales. Además de infecciones dérmicas e incluso oculares. La situación médica es más complicada para los pacientes de alto riesgo, quienes incluso pueden perder la vida de ser afectados.
Tratamiento
Espinoza recordó que el tratamiento de aguas de mesa es “bastante complejo”. Esta pasa por asegurar la calidad de la fuente de agua, garantizar la desinfección, filtración por carbón activado, rayos ultravioleta o por ozono para garantizar un producto de inocuidad. Además, de la manipulación y transporte, que deben ser seguros.
El estudio tomó muestras de los municipios de Cercado, Vinto, Sacaba, Capinota, Tarata y Punata, considerados con mayor población en el departamento. Espinoza anunció que posteriormente revelarán los resultados de los análisis. El trabajo también se realizó en la zona del trópico de Cochabamba.
Con miras a superar las deficiencias halladas, la Facultad de Bioquímica de la UMSS organizó talleres de capacitación sobre el adecuado proceso de producción destinado a las empresas embotelladoras. La primera en noviembre de 2013 y la segunda en septiembre de 2014 que contó con expertos del Sedes, Senasag y la UMSS. “Sin embargo un alto porcentaje a los cuales estaba dirigido el último curso no asistió”, lamentó.
MEDIDAS DE CONTROL EN BOTELLONES
La responsable del Laboratorio de Alimentos y Nutrición de la Facultad de Bioquímica de la UMSS, Gaby Espinoza, recordó que las empresas que embotellan agua de mesa deben desinfectar, lavar y enjuagar constantemente los botellones con agua purificada antes de ser cargados nuevamente. Asimismo, el personal encargado de su transporte debe hacerlo en vehículos que garanticen su protección de la contaminación de las calles como el polvo.
Entre tanto, una vez que estos lleguen a los domicilio los consumidores deben verificar que el personal de las empresas desinfecte y lave el dispensador de agua con alcohol al 70 por ciento. Asimismo, el desenroscado de las tapas de botellones debe ser realizado de la manera más higiénica y con guantes. “De lo contrario están aumentando la carga microbiana del agua”, alertó.
Asimismo, indicó que los estudios de calidad de agua deben adaptarse a la norma boliviana. En el caso del estudio de la UMSS se aplicó la misma. Realizó análisis: aeróbicos mesófilos, que develan agua procedente de fuentes contaminadas; de coliformes, que indican contaminación de origen fecal y otras bacterias como salmonela. Además, de dos adicionales también fecales. Sin embargo, la “peor” es la pseudomonas aeruginosa, considerada un microrganismo que vive de forma indefinida en el agua. La misma provoca infecciones “a todo nivel”.
EMPRESAS
GABY ESPINOZA, LABORATORIO DE ALIMENTOS Y NUTRICIÓN DE FAC. BIOQUÍMICA
“Falta conciencia en las empresas”
Debe haber una concienciación de parte de todas las empresas para producir estas aguas con garantía y calidad.
Por ello se les está capacitando para que vean que no es un negocio. Ello debido a que existen empresas que agarran agua de pozo, las embotella o embolsan y las venden sin ningún escrúpulo. Es un riesgo. El empresario que comercializa el agua de mesa embotellada o embolsada debe saber cómo producir y conocer los riesgos de un producto de mala calidad para la salud.
REGISTRO
ANEL MARÍN, PROGRAMA DE VIGILANCIA DE CONTROL DE INDUSTRIAS DEL SEDES
“Consumidor debe exigir el registro”
Lo que pueden exigir los consumidores a las empresas que vendan agua de mesa es el número de registro sanitario de la empresa. Con este registro de nueve dígitos pueden ingresar a la página web del sistema informático de control de calidad de alimentos fortificados del Ministerio de Salud. Allí pueden verificar con la razón social de la empresa, el número y el registro sanitario que tengan. En control del Sedes consiste en la verificación de infraestructura, control de análisis micro biológico y físico químico.
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