La alcaldesa de San Miguel de Velasco, Ayda Gil, junto a representantes vecinales e indígenas mostraron pruebas de los análisis hechos el año pasado por el laboratorio Utalab, de la universidad estatal, para desvirtuar las denuncias presentadas en días pasados por los residentes migueleños en la capital, de que el agua que se toma en esa población velasquina está contaminada con heces fecales y tiene mal olor.
Gil aseguró que se trata de una campaña de desprestigio con tintes políticos de parte de los adversarios de Unidad Demócrata, que se muestran desesperados porque el candidato del MAS nuevamente se perfila como ganador para un nuevo periodo en la Alcaldía.
La autoridad indicó que hay una planta de tratamiento que sigue un proceso y hasta se le agrega cloro para que el agua sea potable. “Es cierto que no tiene un color cristalino porque al ser agua de una represa esta recibe restos de hojas y de algún animal del monte, pero con el cloro se quitan las impurezas”, anotó.
El dirigente de las juntas vecinales, Francisco Surubí, recordó que la planta de tratamiento se nutre de dos represas, La Suiza y Sapocó, para abastecer a 1.500 familias y no hay ni un niño o adulto enfermo del estómago.
“En el municipio nadie paga por el servicio de agua porque hay el compromiso de hacerlo recién cuando sea 100% potable”, acotó Juan Flores, dirigente indígena./IRZ
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