Desde inicio de gestión, los distritos municipales 7 y 5 de la ciudad de El Alto sufrieron cortes del servicio de agua por varios días, sin embargo, pese a las denuncias realizadas en varios medios de comunicación las autoridades jerárquicas de Epsas no atendieron dicha demanda de una ciudad con el mayor índice de crecimiento poblacional.
Este es uno de los hechos que pone en evidencia las limitaciones y debilidades de una empresa que desconcentró oficialmente sus servicios en la urbe alteña, luego de una intervención administrativa y operativa que efectuó el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, a través de la Autoridad de regulación de los servicios de agua potable y alcantarillado sanitario (AAPS).
Cabe recordar que la “Guerra del agua”, iniciada a finales del año 2004, estableció una agenda con “14 razones”, producto de un mal servicio de la operadora “Aguas del Illimani (AISA)” que privaba del derecho humano al agua a más de 200 mil habitantes de los distritos ocho, catorce, siete, cinco, doce, entre otros sectores periurbanos y que resultaron fuera del área de concesión que sostenía AIS, entre estas razones resaltan por ejemplo: la desdolarización de las tarifas, costos elevados del derecho de conexión, falta de alcantarillado sanitario, los recursos que recaudaba AISA no reinvertía en El Alto, además de maltrato y abusos de la empresa privada.
En enero de 2005, al tercer día de un paro indefinido, la dirigencia vecinal a la cabeza de Abel Mamani logra arrancar al expresidente Carlos D. Meza un primer Decreto Supremo que permitía la revisión del contrato de concesión a la empresa Aguas del Illimani Sociedad Anónima (AISA), en marzo del mismo año, luego de trece días de huelgas y movilizaciones logran otros dos Decretos Supremos, para la creación de la Comisión Interinstitucional para la conformación de la nueva empresa y autorización para la realización de una auditoría, que permitiría la revisión del cumplimiento del contrato de AISA, al cabo de este periodo, el 3 de enero del 2006 logran la salida de la empresa Aguas del Illimani.
“Fueron muchas movilizaciones, mesas de trabajo, huelgas y paros que no sirvieron de nada”, recuerda don Mario Cañipa, nuevo dirigente del Distrito 7, a tiempo de lamentar el abandono de las autoridades del sector.
El 4 de enero del 2007 se crea de manera transitoria la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas S. A.), con una denominación de empresa pública, pero, a la fecha, con una constitución legal de empresa privada, regida bajo el código de comercio, registrada en Fundempresa con obligaciones impositivas y la utilización de NIT de la empresa Aguas del Illimani.
“Ocho años de transición y sin resultados, no se cumplió el objetivo principal de la ‘Guerra del agua’, que era la conformación de una nueva empresa, todo sigue igual en El Alto, nos cortan el agua sin comunicarnos, demoran mucho en las conexiones, poco personal en la regional de Epsas, denuncias de corrupción sin esclarecer, nepotismo, no se reinvierten recursos que recaudan en El Alto, centralismo de la empresa, perjuicios del interventor Humberto Claure y poca atención del señor Edson Solares de la AAPS”, denuncia don Franklin Mamani, dirigente del Distrito 7.
En esas condiciones la población alteña mantiene su principal demanda de exigir la actual salida del interventor de Epsas Humberto Claure.
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