Claudia espera por horas la llegada de agua a su vivienda en Vacas.
Las pilas están abiertas y cuando comienza a gotear corre a ordenar en fila los baldes para no perder ni un solo minuto de la provisión del servicio.
Se queda parada por más de media hora esperando a que todos los recipientes se llenen para poder realizar la limpieza de su casa, cocinar y bañar a sus hijos, además de lavar la ropa.
Esa es la realidad diaria de los pobladores del municipio de Vacas, que al igual que otras zonas del departamento también sufren la escasez de agua.
Hasta hace dos meses recibían agua potable por el lapso de mediodía, situación que se redujo a media hora al día, dependiendo de la zona del pueblo.
La parte central es la que tiene al menos una hora al día el servicio de agua potable, mientras que las zonas más alejadas solo 30 minutos.
“Estamos sintiendo la escasez. No tenemos líquido para beber y realizar las principales labores de la casa”, dijo Claudia, una pobladora del lugar que, además, se dedica a la venta de alimentos en un puesto ambulante.
Para tratar de combatir la escasez, tal como sucede en muchos municipios, las familias de Vacas se han visto obligadas a acumular el agua en turriles y bañadores, ya que la mayoría no cuenta con tanques o instalaciones de bomba en sus casas. También se han visto obligados a reutilizar el agua que usan para lavar la ropa y la destinan para limpiar los baños.
COLEGIOS Marcelino, un poblador de Vacas, indicó que las unidades educativas del lugar también están sufriendo la escasez.
En la mayoría de los colegios, donde los niños y maestros utilizan los baños, tampoco hay agua y se deben dar modos para que estos estén limpios acumulando el líquido en lo que se pueda. Al igual que en casas, los colegios tienen baldes y turriles para que los estudiantes tengan el líquido para lavarse las manos y otras actividades.
No comments:
Post a Comment