El cambio climático es uno de los principales factores, para que los glaciares se estén deshilando, lo que pone en peligro las reservas de agua, en las poblaciones que se alimentan de estos nevados, dijo el Secretario Departamental de Derechos de La Madre Tierra, Gabriel Pari.
De acuerdo con datos proporcionados por la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS) las represas de La Paz se alimentan en un 80% de las lluvias y el resto es provisto por los glaciares.
Sin embargo, la provisión de agua de los glaciares está a punto de desaparecer, por efectos del cambio climático. Por ejemplo, esta situación ha generado, en los últimos años, preocupantes repercusiones en los nevados del Chacaltaya y el Tuni Condorini.
Para el ambientalista Edwin Alvarado la reducción de los glaciares, el crecimiento demográfico y la generación de energía eléctrica exigen planes que aseguren el suministro de agua en el presente y en los siguientes años.
Alvarado explicó que en Bolivia el primer glaciar que sintió el efecto más impactante fue el nevado Chacaltaya, empero aclaró que en términos productivos se debe realizar una evaluación en un corto y largo plazo.
En el mundo existen varias instituciones que realizan estudios sobre el cambio climático y sus consecuencias; una de ellas es el IBM que en este último tiempo desarrolló un trabajo acerca de los glaciares bolivianos de la cordillera Real en el departamento de La Paz.
Los resultados de estos estudios señalan que los nevados como el Illimani, Sajama, Chacaltaya, San Enrique, Picachu Kasiri, Chiar Kherini, Zongo, Lengua Quebrada, María Lloco, Wila Llojera, entre otros que cuentan aún con escasos glaciares, tienen pocas esperanzas de sobrevivir ante el efecto del cambio climático en Bolivia.
En los últimos 30 años está en proceso de acelerado deshielo estas fuentes de agua dulce por efecto del cambio climático. El científico, Humberto Gomes, dijo que en la última media centuria Bolivia acusó medio grado centígrado de aumento de la temperatura. Esta situación, sostuvo, afecta en mayor medida a las poblaciones campesinas del Altiplano y a la Amazonía.
Por su parte el ambientalista, Jorge Urquidi, explicó a EL DIARIO que hasta el momento las autoridades departamentales y gubernamentales desde hace ya varios años olvidaron el problema de los nevados y sus graves repercusiones.
Aseveró que por el momento no hay proyectos que ayuden a nuestro Departamento en torno al deshielo de nuestros nevados, pese a que la falta de glaciares afectará el abastecimiento del agua, lo que azolará a varias poblaciones del área rural y urbana, que se nutren de sus aguas.
En opinión de Pari, el cambio climático es uno de los principales factores para que los glaciares se estén deshilando. “El calentamiento global es el aumento de temperaturas que se están manifestando en La Paz, por supuesto, esto provocado por los humanos, y que los científicos han llamado ‘efecto invernadero’”, dijo.
Todo esto ha generado el exceso de contaminantes principalmente el dióxido de carbono (CO2) y otros que se suspenden en el aire y se acumulan en la atmósfera, formando una capa cada vez más gruesa, atrapando el calor del sol y causando el calentamiento del planeta.
A través de fotografías aéreas e imágenes satelitales, los estudiosos del Illimani y otros nevados vieron que las tasas de pérdida glaciar no se producen de forma lineal. De acuerdo a evaluaciones hechas por el glaciólogo boliviano, Edson Ramírez, el caso del Illimani el nevado perdió el 12% de su superficie entre 1963 y 1983; posteriormente, entre 1983 y 2009, la reducción glaciar se aceleró 26%.
Se estima que entre el Illimani – junto al Sajama y el Ancohuma, será una de las últimas montañas en mantener el hielo cerca de sus cumbres debido a su gran elevación. Los tres macizos serán una especie de “últimos sobrevivientes” a las agresiones del calentamiento global.
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