Estando tan cerca de los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2015, Bolivia tiene aún índices preocupantes, entre ellos, el acceso al agua. De más de 10 millones de bolivianos alrededor de tres millones de habitantes carecen de agua segura, y el 60% al menos son del área rural.
Bolivia es uno de los países más afectados por el cambio climático, las altas temperaturas no solo están derritiendo sus glaciares sino que además secan sus represas, ya sea por la falta de lluvias o por la evaporación del agua. Los especialistas coinciden en que es imposible revertir el cambio climático pero afirman que se puede trabajar para conseguir una adaptación a base de educación y emprendiendo medidas como obras de infraestructura tipo represas que logren capitalizar al máximo las agua del deshielo, las subterráneas y las provenientes de las lluvias.
Entre los departamentos del país, los municipios de Chuquisaca son rincones pobres y remotos, y la escasez de agua ha obligado a miles de sus habitantes a migrar. En los últimos años las familias se han visto afectadas por diferentes amenazas naturales provocadas por la sequía que ha dificultado el abastecimiento de agua para riego e incide directamente en los sistemas productivos tradicionales de las familias, base fundamental de la estrategia de la vida campesina. A esto se suma que las comunidades y municipios no cuentan con las capacidades técnicas, operativas y políticas para la prevención y mitigación de amenazas, lo que aumenta su vulnerabilidad.
Ante esta situación, la Fundación Ayuda en Acción junto a PROAGRO (socio local, en Chuquisaca) implantó, entre otros, el proyecto: “Gestión comunitaria para la prevención de desastres naturales y efectos adversos del cambio climático en comunidades campesinas andinas de Bolivia”, que se inició en octubre de 2011 y concluyó en diciembre de 2013 en los municipios de Tarvita y Azurduy (Chuquisaca) de 48 comunidades, beneficiando a más 7 mil personas con acceso al agua para consumo y riego.
A partir de este proyecto se han construido 30 lagunas artificiales para el abastecimiento de agua de lluvia para riego, permitiendo mejorar la capacidad de gestión sostenible de los recursos naturales de las familias y garantizar el acceso al uso y disponibilidad equitativa de alimentos.
Una de las familias afectadas en el municipio de Tarvita por el desabastecimiento de agua para riego era la de Fidel León, y luego fue el primer beneficiario de las lagunas artificiales con quien se implementó la autoconstrucción asistida de estas lagunas, con acciones y procesos productivos hortofrutícolas; además de procesos formativos en educación alimentaria nutricional complementarios. Se ha convertido en una familia modelo que apuesta su base productiva gracias a una laguna artificial como acción preventiva ante la sequía y el cambio climático; ha logrado que su comunidad obtenga varios de estos sistemas de captación de agua, conduciendo y almacenando el agua de lluvia desde las quebradas circundantes hacia su laguna, y luego conduciendo el agua almacenada hasta sus predios y parcelas agrícolas
“En mi comunidad nos hemos dado cuenta de que hay otras formas de tener acceso al agua, nosotros solamente pensábamos en el río, pero no había forma de hacer llegar el agua hasta nuestras parcelas, por otra parte el rio de donde antes nos proveíamos de agua ya estaba poco a poco contaminándose por tanto no sabíamos cómo poder tener agua para riego y para nuestros consumo. Ahora que tenemos nuestras lagunas, no sufrimos de agua. Hemos despertado y mejorado nuestra forma de vivir y producir nuestros propios alimentos, además de consumirlos podemos vender algunas verduras y hortalizas. ¡Nuestros hijos están sanos y fuertes, gracias al agua!”, cuenta Fidel León, líder comunal, municipio Tarvita.
PARA REFERENCIA
En 1981 se funda Ayuda en Acción en España como una Organización No Gubernamental de Desarrollo (ONGD) independiente, aconfesional y apartidista que trabaja para mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas, las familias y las comunidades de los países más desfavorecidos de América, Asia y África. La ONG cuenta hoy con más de 200.000 colaboradores, gracias a los que trabajamos en 119 programas de desarrollo en 22 países que benefician a casi cuatro millones de personas. En Bolivia, inicia su trabajo en 1990 con el objetivo de promover el desarrollo integral de las regiones más pobres del país, expresando así la voluntad solidaria de miles de personas y familias españoles
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