Los vecinos de la urbanización José Daza Cárdenas de La Chimba están molestos por el drástico racionamiento de agua en su zona. En la reunión realizada el domingo pasado determinaron sacar sus medidores en protesta por la restricción que impuso el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa) desde abril. Recibían agua tres veces a la semana y les redujeron a una, y por pocas horas.
La situación es la misma en diferentes sectores de la ciudad. Los pobladores de la avenida Suecia, en Huayra K´asa, por ejemplo, solo tienen agua durante media hora una vez a la semana; en Cala Cala les cortan el servicio a las diez de la mañana.
Los usuarios se ven obligados a comprar agua de las cisternas.
“AGUAS MUERTAS” Ante esta situación, Semapa implementa un plan de emergencia que contempla el uso de las “aguas muertas” de las represas de Escalerani y Wara Wara, desde septiembre. El gerente de Semapa, Gamal Serhan, anunció que usará hasta la última gota de las presas para garantizar el suministro a los usuarios, durante todo el año.
La autoridad admitió que la situación es la más crítica de los últimos diez años. A la fecha, las lagunas artificiales de Escalerani y Wara Wara alcanzan el 55 por ciento de su capacidad y no se esperan lluvias hasta octubre o noviembre.
Generalmente, se mantiene el 10 por ciento de la capacidad de los vasos; pero ahora se prevé su uso. Serham informó que se destinaron 5 millones de bolivianos para la compra de equipos, entre ellos bombas, para la extracción de las últimas reservas.
Al déficit del caudal, se suma la reducción del 50 por ciento del agua que llega de Misicuni. Semapa recibía 250 litros por segundo y ahora solo la mitad.
Las fuentes de provisionamiento de la empresa son las represas de Escalerani y Wara Wara; los pozos de Quillacollo, Vinto y Misicuni, a través del túnel de trasvase que fue concluido en 2005.
El presidente de Misicuni, Jorge Alvarado, dijo que la reducción se debe a que bajó el cauce del río.
RACIONAMIENTO El plan considera la disminución de la provisión. Se decidió el racionamiento del servicio en un 20 por ciento en toda la ciudad. Serhan indicó que se ha establecido la política en todas las zonas. “Si antes recibían diez horas día, desde abril son ocho”, explicó.
Aclaró que no habrá más racionamiento.
Recomendó a la población el uso responsable del agua: lavarse los dientes usando un vaso, ducharse durante siete minutos, lavar los vehículos con balde y no con manguera, lavar los platos llenando las cubetas y con el grifo cerrado, entre otras.
PÉRDIDA El último punto del plan de emergencia contempla tareas de ingeniería sanitaria para reducir la pérdida de agua en el casco viejo, donde se filtra al menos el 46 por ciento del cauce. La estrategia también implica organizar las redes de agua por distritos para mejorar la distribución, e incluso el racionamiento.
Misicuni dará agua en un año
El presidente del directorio de Misicuni, Jorge Alvarado, dijo que en abril de 2017 comenzará el suministro de agua potable y para riego a siete municipios, entre ellos Cochabamba.
Aclaró que no puede ser antes porque el vaso se llenará con las lluvias de fin de año y de principios del próximo. Se prevé que se alcance una altura de 90 metros, de los 120 que tiene la represa.
Informó que las válvulas de Misicuni serán cerradas en julio de este año, de acuerdo al último cronograma establecido.
Explicó que la construcción de la cara de concreto de la presa tiene un avance de 60 por ciento y se concluirá hasta fines de junio.
“La cara de concreto en construcción es la obra más delicada de la presa del Complejo Múltiple Misicuni porque evitará que haya fugas una vez que el embalse esté lleno de agua”, dijo.
La represa tendrá la capacidad de distribuir 3.100 litros por segundo, 2.000 para consumo y 1.100 para riego.
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