La familia de Ruth Albornoz invierte cada mes hasta 180 bolivianos en la compra de agua embotellada, un presupuesto que lo incorporó como parte de sus gastos hace un par de años, a finales de 2013.
Cada seis días adquiere como mínimo tres botellones de agua (14 al mes), de una empresa de su zona, a un costo de 13 bolivianos por unidad.
Hasta hace dos años su familia compraba como máximo tres botellones por mes, pero el agua del pozo semiprofundo que utilizan para abastecerse está “tan contaminada”, por lo que se vieron obligados a incrementar el consumo de este producto.
Esta familia vive en una urbanización de Santa Rosa (Colcapirhua), sobre el kilómetro siete de la avenida Capitán Víctor Ustáriz.
CON GUSANOS
“Compramos agua en botellón porque la que tenemos está muy contaminada”, manifiesta Rocío Cabezas, quien vive también en la misma zona de Santa Rosa (Colcapirhua).
Para verificar la calidad del agua que consumían, la directiva de su urbanización mandó a realizar un análisis en el Centro de Aguas y Saneamiento Ambiental (CASA) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).
Los resultados confirmaron lo que temían. El agua que consumían del pozo semiprofundo está contaminada con manganeso, hierro e incluso con heces fecales.
En su caso, pide cada sábado dos botellones de agua para cocinar durante la semana, preparar el desayuno e incluso cepillarse los dientes.
Cada botellón lo adquiere en 12 bolivianos, por lo que estima que por mes invierte 96 bolivianos. No obstante, explica que su gasto sería más elevado si no trajera agua en bidones desde la casa de su madre, al menos dos veces por semana, en total unos 100 litros.
Utiliza el agua del grifo solo para el baño, lavar la ropa, regar las plantas y limpiar los pisos de su departamento.
Sin embargo, la contaminación del agua de su urbanización no se reduce solamente a la presencia de metales. Hace poco más de un año sufren de la infestación de larvas de mosquitos que salen por los grifos, el baño y las duchas.
Recuerda que en un par de ocasiones, al lavarse los dientes con agua de la cañería, encontró en su boca gusanos (larvas), que afortunadamente los escupió.
Las larvas de los mosquitos obstruyen la ducha y cuando los ocupantes de un departamento se bañan caen sobre sus cabezas y cuerpos.
Un momento también desagradable para Cabezas sucede cuando debe bañar a su hijo. En el recipiente en el que está su niño, los gusanos nadan junto a él.
Por su parte, Albornoz menciona que al menos el 80 por ciento de las 60 familias que vive en esa urbanización compra botellones de agua, de diferentes empresas, justamente por la “excesiva” contaminación.
EN LA ZONA SUR
Américo Hurtado vive en la zona sur de la ciudad, por el sector del Arco (avenida Petrolera), y utiliza también agua de botellón porque el servicio que reciben de la red es deficiente. Sus hijos-comenta- prefieren tomar agua sin hervir y se llevan en envases de plástico.
Cada mes compra como promedio nueve botellones de una empresa que trabaja por la zona e invierte 108 bolivianos.
ESCASEZ
En la zona del Seminario, al oeste de la ciudad, la familia Gonzales Vera decidió comprar más agua embotellada para precautelar su salud, debido a que la calidad de la que consumían dejaba “mucho que desear”.
Matilde Vera afirma que su familia de seis miembros requiere de al menos tres y medio botellones de agua por semana, es decir, 14 por mes.
Cada unidad lo adquiere a 13 bolivianos, lo que implica un gasto de 182 bolivianos.
Mirna Fernández es otra vecina de la zona del Seminario, quien también optó por consumir agua de botellón para prevenir enfermedades estomacales.
En el barrio en el que viven se abastecen de un tanque elevado que forma parte de una cooperativa de agua que funciona desde 1976.
El servicio que reciben desde hace casi 40 años es permanente, gracias a que en el subsuelo existen venas de agua, pero este líquido no recibe el tratamiento adecuado.
Un botellón de 20 litros dura tres días
El precio del agua embotellada de 20 litros oscila entre 10 a 13 bolivianos.
Las familias entrevistadas por OPINIÓN coinciden al afirmar que el contenido de cada botellón les dura como promedio tres días.
Este producto es utilizado para preparar el desayuno, el almuerzo, la cena e incluso para cepillarse los dientes.
Madres lo usan para bañar a sus bebés
Algunas madres que no confían totalmente en el agua que reciben mediante el grifo bañan a sus bebés pequeños con el de botellones.
Carolina Terrazas comenta que cuando su bebé tenía un par de meses utilizaba el agua de botellón para bañarlo, que previamente hacía hervir y enfriar en su bañera.
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