El impacto humano en la pérdida de agua dulce, con actividades como el riego o la construcción de presas, es un 20 por ciento mayor de lo estimado, según un nuevo estudio que publica la revista especializada "Science".
La investigación concluye que el incremento de la pérdida total de agua dulce a la atmósfera, por evapotranspiración, es de 4.370 kilómetros cúbicos anuales, lo que equivale a dos tercios del flujo anual del río Amazonas, el más caudaloso del mundo.
"Las pequeñas cosas que hacemos en la superficie de la Tierra pueden tener grandes efectos globales. Previamente, los efectos de las actividades humanas como las presas se desestimaron, este estudio muestra que hasta ahora los efectos han sido incluso mayores que los del cambio climático atmosférico", dijo Fernando Jaramillo, postdoctorado del departamento de Geografía Física en la Universidad de Estocolmo.
La tesis de este estudio es que actividades como riego y presas han aumentado considerablemente el consumo humano global de agua dulce al incrementar la evapotranspiración, es decir, la pérdida de humedad de una superficie por evaporación directa junto con la pérdida de agua por transpiración de la vegetación.
El impacto humano aumenta la pérdida de agua dulce a la atmósfera y, por tanto, reduce el agua disponible para humanos, sociedades y ecosistemas.
"El incremento de esta perdida por causas humanas es como un gran río de agua dulce de la Tierra a la atmósfera. Hemos cambiado tanto el sistema del agua dulce sin saberlo", considera Gia Destouni, profesora de la Universidad Estocolmo.
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