La empresa Samapa (Servicio Autónomo Municipal de Agua Potable y Alcantarillado) fue creada el 20 de abril de 1966, bajo estricta tuición de la Alcaldía de La Paz. Su figura era la de una empresa pública descentralizada con personería jurídica propia y autonomía de gestión operativa y de administración.
Tres décadas después, con el argumento de una gestión ineficiente sin capacidad para conseguir inversiones en miras a la mejora y ampliación del servicio, la comuna firmó la privatización del servicio. En julio de 1997 Aguas del Illimani, del grupo AISA, se adjudicó el servicio.
La concesión por 30 años estaba sujeta a un monto de inversión de la empresa y su compromiso de dar un servicio de calidad a precios accesibles. En los predios de Samapa, Aguas del Illimani trabajó con cuatro plantas de potabilización, una planta depuradora, una red de agua potable de 2.304 kilómetros y una red de alcantarillado de 1.602.
En 2006, tras la Guerra del Agua de Cochabamba y una eventual crisis económica de Aguas del Illimani, el entonces flamante presidente Evo Morales determinó que el agua no podía están en manos privadas. Casi a la fuerza, el Gobierno retoma el control de la empresa.
El 3 de enero de 2007 el FNDR firmó un contrato de fideicomiso para desvincular a Aguas del Illimani. Para este proceso el Ministerio de Hacienda emitió bonos por 5,5 millones de dólares.
La CPE prohíbe que los servicios estén en manos privadas. Sin embargo, a la salida de Aguas del Illimani la nueva empresa EPSAS se constituyó como sociedad anónima con una licencia especial de seis meses. A ese término debía ser intervenida, pero pasaron cinco años antes que se concrete esa situación.
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