Thursday, June 23, 2016

Los reclusos compran el agua que consumen ante la escasez

Son las ocho de la mañana y el carro cisterna está estacionado en la puerta del penal San Antonio, en la calle Ayacucho, frente a la Terminal de Buses. Minutos antes, el chofer del vehículo tuvo que realizar dificultosas maniobras para ingresar a una de las vías más congestionadas de la ciudad, en inmediaciones de La Cancha.

A esa hora, los reclusos se encargan de mantener un espacio libre para el estacionamiento del carro y despejan la zona del garaje para el ingreso de la manguera del cisterna hasta el patio del recinto, porque ante la escasez deben abastecerse por sí mismos. La situación es la misma en San Sebastián y los reos pagan con su dinero el agua que consumen.

La escena se repite día por medio en San Antonio porque la cantidad de agua que el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa) les provee no abastece a una población carcelaria de cerca de 430 reos, además de sus esposas e hijos. En el penal existe un depósito de agua en el subsuelo con una capacidad de 30.000 litros (tres carros grandes).

En el municipio de Cochabamba rige un plan de racionamiento desde abril ante el bajo caudal de las represas y de los pozos que abastecen a la Llajta. Como principal medida se informó sobre una reducción del 20 por ciento que el último mes habría llegado al 30 por ciento . Sin embargo, los usuarios aseguran que el racionamiento es mayor. Hay barrios como Huayra K’asa, por ejemplo, donde solo les llega agua media hora a la semana. En el centro y la zona oeste también hubo disminución.

“Nos han hecho subir 20 bolivianos”, reclama uno de los internos de San Antonio refiriéndose al precio de un carro cisterna de agua. El último mes se incrementó el precio de 220 a 240 bolivianos.

Cada viaje es pagado por los privados de libertad, con sus recursos. Los integrantes de cada taller aportan de manera equitativa para la compra del líquido.

“Es imposible vivir sin agua”, dice uno de los internos quien este mes tiene la tarea de la limpieza del recinto. Mientras trapea los pisos, explica que el agua es indispensable para la cocina, para el lavado de ropa, para el funcionamiento de los seis baños y de otros menesteres cotidianos.

A cinco cuadras, en la plaza San Sebastián, la realidad es la misma. En los penales del mismo nombre también se siente la escasez.

En San Sebastián varones. los reclusos han decidido destinar el presupuesto de la “caja chica” a la compra de agua de cisterna. Cada día compran dos viajes, cada uno a 240 bolivianos.

Ese presupuesto es recaudado del cobro por los perifoneos, a través de los cuales se anuncia la llegada de las visitas, y de las llamadas telefónicas que llegan al recinto. Su fin, antes del racionamiento del agua, era contribuir a la olla común para los reos que no reciben visitas.

Son 670 detenidos, muchos de ellos, con sus familias, quienes viven en condiciones de hacinamiento. Los pasillos y gradas son los cobijos nocturnos. Es la realidad de los seis penales de Cochabamba.

Los internos cuentan que al elevado precio se suma la dificultad de ser atendidos con sus pedidos. Deben esperar hasta mediodía y muchos no acuden a los llamados.

En el patio central, cerca del espacio donde funcionan las pensiones de comida, está el tanque cuya capacidad es de 30.000 litros. Desde ahí se bombea el líquido a los depósitos que se encuentran en los pisos superiores para la distribución a las lavanderías, baños y las piletas del lugar.

Contaron que enviaron varias cartas de solicitud a la Dirección de Régimen Penitenciario para que solucionen el problema. Sin embargo, no recibieron ninguna respuesta favorable de las autoridades. “Ellos deben pagar el servicio de los carros cisternas”, aseguran.

Gobernación anuncia pagar

El titular de la Dirección de Seguridad Ciudadana de la Gobernación, Willy Cabezas, aseguró que la próxima semana comenzará la compra de agua en carros cisternas para la provisión de los penales del departamento de Cochabamba, ante la situación de escasez en la que se encuentran los cerca de los 2.500 privados de libertad en los seis penales del departamento.

Cabezas dijo que hay demora en el aprovisionamiento de agua debido a trámites administrativos para reformular el presupuesto de la repartición.

Reconoció que la contingencia no fue considerada al momento de elaborar el Plan Operativo Anual (POA).

Informó que comenzaron con el envío de carros de agua al penal de máxima seguridad de El Abra. Allí, la principal fuente de abastecimiento es un pozo porque no son beneficiarios del servicio de la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado de Sacaba.

70 por ciento De los reos está sin sentencia

El 70 por ciento , de los cerca de 2.500 detenidos de los seis penales del departamento de Cochabamba, se encuentra recluido de manera preventiva. No tiene sentencia ejecutoriada. La retardación de justicia y la recarga procesal son las principales causas.
Talleres y comida para sobrevivencia

Los reclusos de los penales trabajan en alguno de los talleres instalados con el apoyo de Pastoral Penitenciaria para generar ingresos. En San Antonio, por ejemplo, funciona la cerrajería, carpintería, joyería, zapatería y el taller de costura. Lo mismo sucede en San Sebastián. Sus artículos para la venta se exponen en las aceras.
Alcaldía garantiza obras para agua

El gerente del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, Gamal Serhan, ratificó que como Alcaldía de Cochabamba se cumple con la ejecución de los ductos en dos tramos que estarán listos cuando la empresa Misicuni dote de agua potable. Demandó una inversión de 36 millones de bolivianos.
Racionamiento hasta noviembre

El Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa) anunció que el racionamiento en la ciudad se prolongaría hasta octubre o noviembre cuando comience el periodo de lluvias. Hasta esa fecha se prevé el uso de “aguas muertas” y fuentes alternativas.


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