Los propietarios de las casas con fuentes subterráneas aseguran que el caudal de las vertientes de la zona bajó por la falta de lluvia. La disminución ocasionó que menos carros cisternas se provisionen.
Ambos factores repercutieron en el incremento del precio del agua en 20 por ciento porque hacen menos viajes, el costo del turril (de 5 bolivianos a 6 el barril).
En Cochabamba hay al menos 50 negocios de comercialización de agua de fuentes subterráneas registradas en la Jefatura de Salud Ambiental del Servicio Departamental de Salud (SEDES). Se encuentran en la zona de Cala Cala y Queru Queru, al norte de la ciudad, y abastecen a cerca de 200 choferes de cisternas.
Los comerciantes abastecen con el servios a vecinos del sur donde no llegan las redes del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa).
CAUDAL José Urey, quien además administra la empresa Agua Tuya, dice que la presión se redujo de 5 litros por segundo a 3.
En el lugar existe un pozo de una profundidad de 120 metros que abastece un tanque elevado mediante un sistema de bombas. José Rojas, uno de los clientes, dice que solo alcanza a realizar dos viajes en el día, la mitad que en meses pasados.
Para compensar la pérdida elevaron el precio del turril a 6 bolivianos.
La situación es similar a lo largo del recorrido de la Ciclovía, desde la avenida Perú hasta la calle Potosí. En el parque Fidel Anze, por ejemplo, los conductores esperan al menos dos horas hasta que los depósitos se colmen.
La presión bajó, pero la demanda se incrementó. Los choferes que se dedican a la venta de agua comentaron que desde marzo reciben pedidos de vecinos de Cala Cala, Recoleta y Mayorazgo.
Los administradores de las fuentes aseguraron que funcionan legalmente y que la calidad del agua fue certificada como buena por el SEDES.
El jefe de Salud Ambiental del SEDES, José Claros, ratificó la versión de los dueños de vertientes, pero admitió que en 2015 no se realizó ninguna. Anunció que en junio se realizará una inspección para analizar la calidad de los caudales.
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