Sunday, April 17, 2016

Bolivia reduce inversión en saneamiento básico



El “consumismo irresponsable”, la contaminación y el calentamiento acechan al agua en el país. La sequía impacta a muchos humedales y la sedimentación al Pantanal y al río Pilcomayo. Casi no hay plantas de tratamiento de aguas residuales. Urge cambiar hábitos de consumo. Sólo 57 de cada 100 bolivianos tienen saneamiento básico.

Casi finalizando marzo, Bolivia celebró el Día Mundial del Agua entre la desecación parcial o casi total de tres importantes humedales y desastres por la combinación de sequía e inundaciones, pero también con reducción del presupuesto gubernamental del sector para el 2016.

Y aunque en paralelo avanzan diferentes esfuerzos nacionales para adaptarse al cambio climático preservando fuentes y reservas de agua, los desafíos mayores tienen que ver con insuficientes plantas de tratamiento para descontaminar los torrentes, y generar conciencia contra abusos en el consumo.

No obstante que el plan de desarrollo nacional al 2020 (PDES) prevé inversiones anuales por 970 millones de dólares para medioambiente y agua, el presupuesto nacional 2016 (PGN) estableció reducciones de 15 millones de dólares para el sector agua y 79 para saneamiento.

La Fundación católica Jubileo observó que en 2015 se había presupuestado 70 millones de dólares a salud, de un total cercano a 6.200 millones de dólares, pero la asignación cayó a 55 millones actuales. Saneamiento logró 263 millones el año pasado, pero este 2016 sólo 184 millones.

Entre 1987 y 2005 se había invertido en ambos 700 millones de dólares y en la década siguiente, 1.327, según el último informe del presidente Evo Morales, que admitió debilidades en saneamiento básico en el país.

“Cobertura nacional de saneamiento básico y ahí sí no hemos cumplido antes era 43 por ciento ahora 57 por ciento... ”, agregó. El objetivo oficial al 2020 es 70 por ciento de cobertura en saneamiento urbano y 60 por ciento rural.

En la ciudad de La Paz, la secretaría municipal de Gestión Ambiental, avanza hacia el concepto de “ciudad ecoeficiente” con proyectos de reducción de huellas de carbono e hídrica, cuidado y reciclaje del agua, arbolados, controles al transporte que genera gases de invernadero y educación preventiva

“Estamos trabajando para que niños y jóvenes sepan qué es el cambio climático y cómo podemos adaptarnos, porque no lo vamos a poder revertir”, señaló la secretaria Mariana Daza.


Urge cuidar reservas de agua

“El fuerte consumismo derrochador y despilfarrador, contaminador e irresponsable está agotando la capacidad de la Madre Tierra, tenemos que modificar los patrones de consumo”, advirtió el director del sistema de regulación, Benecio Quispe, director de la Autoridad de Agua Potable y Saneamiento (AAPS).

“Hay que cuidar el recurso agua en sus fuentes –bofedales de altura, pastizales y turberas son como esponjas y grandes almacenes de agua– e impulsar su uso adecuado ”, dijo Mariana Daza, secretaria municipal de Gestión Ambiental de la Alcaldía paceña.

“Estamos involucrados todos en la responsabilidad de ahorro de agua, gobiernos y ciudadanos: ya no tinas llenas sino ducharse 5-10 minutos, reutilizar el agua del baño en los inodoros y tener un cambio de actitud”, coincidió la funcionaria.

Los fenómenos naturales sequía e inundaciones, heladas, granizo y nevadas caracterizan en Bolivia al denominado fenómeno meteorológico de “El Niño”, que desde 1997 genera con mayor fuerza una corriente de agua cálida en la superficie del océano Pacífico, arrebatando el comportamiento del clima desde el Polo Norte hasta la Antártida. La Niña suele seguirlo con frentes fríos, que recrudecieron los años 2000 y 2010 y que según las previsiones mundiales volverán hacia junio próximo, activando alertas y respuestas oficiales de difícil pronóstico y efectividad.

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