Saturday, March 19, 2016

El agua en edificios está expuesta a contaminación y no hay control

El agua es ligeramente turbia en el edificio de Claudia que vive en la avenida Eudoro Galindo, al norte de la ciudad.

Desde el día que le entregaron su vivienda, la elevada cantidad de hierro terminó oxidando su lavamanos, lavaplatos y temía cepillarse los dientes con el líquido que salía de color amarillento.

Después de varios reclamos al constructor y otras instituciones se dio cuenta que nadie controla la calidad del agua que se distribuye en los edificios de Cochabamba.

Los pozos subterráneos, que son la primera alternativa de dotación del servicio en edificaciones, tienen problemas con la cantidad de manganeso, hierro y bacterias, que pueden llegar a superar los límites permisibles, tal como lo detectó Claudia.

El problema de calidad del agua viene de la mano de la falta de abastecimiento por parte del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, (Semapa) que no tiene fiscalización de otras fuentes de provisión de agua.

Esta situación expone a miles de familias al consumo del líquido en malas condiciones y a la larga esto deriva en problemas de salud.

El Gobierno Municipal de Cochabamba, Semapa y el Servicio Departamental de Salud (SEDES) reconocen que no hay un control de la cantidad y menos de la calidad de aguas que se consumen de pozos subterráneos, no hay una regulación que los controle.

Las personas que viven en edificios en las zonas; norte, centro y sur de la ciudad, y que se proveen del servicio de pozos subterráneos, tienen que lidiar a diario con la contaminación. El color del agua es turbia, en algunos casos huele mal y oxida las cañerías, los lavaplatos, lavamanos y letrinas.

El aspecto y mal olor del agua generan rechazo en el usuario quien termina optando por la solución más fácil que es la compra de bidones del líquido para beber y cocinar.

El servicio que se les provee por cañería solamente sirve para la limpieza de la casa y la ducha.

MIL ESTÁN EN LA MIRA

Según el gerente general de Semapa, Gamal Serham, se estima que en la ciudad de Cochabamba hay al menos unos mil edificios, construcciones industriales, hoteles y otro tipo de negocios que explotan el agua subterránea y proveen el servicio a los usuarios sin ningún control que garantice su potabilidad.

Si bien Semapa otorga el servicio a 70 mil usuarios no se cuenta con un registro de cuántos de éstos pertenecen a edificaciones, porque están en la categoría de domicilios, explica Serham.

“No conocemos la realidad de a cuántos edificios damos el servicio, no hay una diferenciación”.

Sin embargo, reconoce que por más de que se otorgue el servicio a este tipo de viviendas el recurso no abastece y es por eso que en muchos casos los constructores optan también por tener un pozo subterráneo.

Se conoce también que hay edificios en los que no se tiene el servicio de Semapa y solamente se proveen de aguas subterráneas, pero no hay un dato preciso, porque nadie se encarga de cuantificar o controlar. El secretario de Planificación de la Alcaldía de Cochabamba, Manuel Prado, reconoce también que no hay ninguna normativa que regule la situación de los pozos subterráneos.

“La problemática es compleja porque Semapa no puede otorgar el servicio a todos y entonces la gente se autoabastece con estos pozos, no paga y nadie los controla”.

Medir la calidad ya depende de cada propietario porque no tienen una empresa que los fiscalice.

Manifiesta que ante el vacío legal que hay en este aspecto, el Ejecutivo y el Concejo Municipal se deben poner de acuerdo para elaborar una ley.

En busca del monitoreo de estas aguas, la unidad de Salud Ambiental del SEDES también fue consultada respecto al control de calidad.

El responsable de esta unidad, Leoncio Vargas, manifiesta que tampoco es un ente fiscalizador y que solamente se remiten a hacer pruebas básicas de laboratorio cuando hay solicitudes de usuarios sobre todo de provincias.

INICIARÁN CONTROL

Serham menciona, por su parte, que ya se iniciaron gestiones con la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua Potable y Saneamiento Básico (AAPS) para comenzar a realizar el control de las aguas subterráneas que son usadas sin ningun control.

Anuncia que en las construcciones donde se identifiquen estos pozos se tendrán que instalar medidores y se hará el control tanto del consumo como de la calidad.

“El agua es un recurso de todos y es el municipio el que debe hacer el control, si es que se está explotando en nuestro territorio”, dice la autoridad que menciona que en todo el departamento se debería actuar de esta forma para fiscalizar el recurso.

DOS MIL PRUEBAS

AL AÑO

Ante la falta de soluciones al problema de contaminación en su edificio por parte del constructor, Claudia y sus vecinos decidieron iniciar medidas de carácter legal.

“Nos sentimos estafados, el agua está contaminada, lo han demostrado los estudios, que dicen que se superan los niveles permisibles de hierro y manganeso, así que estamos esperando una respuesta del constructor”, comenta.

Mientras tanto en este edificio los vecinos han optado por usar para todo su consumo agua en botellón o botella.

“Solo usamos el agua para el lavado de ropa, platos y regar las plantas, pero hasta en este uso se han generado manchas y las plantas se han secado”, lamenta. El agua del edificio de Claudia (quien pidió guardar en reserva su identidad), fue parte de una de las dos mil pruebas que el Centro de Aguas y Saneamiento Ambiental (CASA) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) realizó el año 2015. Esta es la única institución particular autorizada para hacer los estudios de la calidad bacteriológica y del agua en todo el departamento.

La gestión pasada, esta institución recibió la demanda de dos mil solicitudes de edificios, domicilios, tanques de barrios para conocer la calidad del agua de consumo.

La directora del CASA, Ana María Romero, informa que un pozo que está a menos de 30 metros de profundidad siempre va a tener problemas de contaminación y lo ideal es que esté a 60 o 70 metros, donde las bacterias no tengan oxígeno para sobrevivir.

Indica que cuando los tanques están en esta medida o sobre la misma siempre van a presentar problemas de contaminación ya sea por metales pesados como el hierro, el manganeso y hasta cadmio y arsénico, en el peor de los casos. Esta contaminación puede llegar a ocasionar problemas de salud si su consumo es frecuente y no se controla. Entre otros efectos también ocasiona el taponamiento de las cañerías, por lo que llega a un punto en el que se debe acudir a su mantenimiento de urgencia.

OTRAS FORMAS

DE CONTAMINACIÓN

Las formas de contaminación del agua y que puede llegar a consumir el ser humano son diversas, una de ellas tiene que ver con la basura.

Romero explica que cuando la basura es arrojada a la calle comienza a generar líquidos que ingresan al subsuelo y que contaminan los pozos o el sistema de distribución de agua por tubería, pues puede haber filtraciones.

Otra forma a través de la cual también se consume el agua contaminada es por los alimentos.

Romero recuerda que a lo largo del recorrido del río Rocha se han identificado salidas de aguas servidas y residuales que la contaminan.

A la altura de Parotani y Sipe Sipe el río llega con estas aguas contaminadas y los agricultores la usan para el riego de sus sembradíos de tomate, haba y otros alimentos que luego son comercializados en los mercados.

Según Romero el agua contaminada está presente tanto en domicilios como en otras fuentes como ríos o vertientes y su control debe ser más frecuente para evitar que a la larga nos genere problemas de salud.

Redes también dan problemas en casas

Cuando las alcantarillas revientan y los pozos o tanques están contaminados, el agua que dota Semapa a las casas también puede llegar contaminada, informa el gerente general de esa empresa, Gamal Serham.

“No podemos garantizar que el agua que distribuimos pueda ser consumida directamente de la pila, porque en el viaje puede sufrir contaminación”, menciona.

Las situaciones que pueden ocasionar la contaminación son principalmente las alcantarillas rotas.

En época de lluvias es normal que una alcantarilla se reviente y genere un hueco donde los residuos se van llenando hasta llegar al sistema de agua e infiltrarse.

En todas las zonas de la ciudad la red de agua está por encima de la red de alcantarillado, pero se han dado casos en los que a pesar de la distancia entre ambas redes se ha generado la contaminación y el agua ha llegado a las casas con malos olores y contaminada.

Serham sostiene que en estos casos lo que se hace es cortar el servicio hasta que se llegue a identificar el problema y se lo resuelva por completo.

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