La difusión de la noticia sobre la sequía que afectó al lago Poopó de Oruro, "hurgó el avispero" para que desde diferentes regiones del país se reporten nuevamente los riesgos a los que están expuestas varias fuentes naturales de agua, sea por efectos del cambio climático, contaminación, desvío de sus afluentes y otros factores que atentan contra el ecosistema.
Entre los casos más preocupantes está la advertencia que realizó el secretario de Derechos de la Madre Tierra de La Paz, Gabriel Pari, en sentido de que si no se frena la contaminación en el lago Titicaca, éste podría correr la misma suerte que el orureño Poopó.
También preocupa el estado del otro lago orureño, el Uru Uru, amenazado por la contaminación y con él están en riesgo miles de aves y especies acuáticas, que ahora sobreviven lidiando con la basura.
El martes 22, Los Tiempos con datos de El Potosí, informó que la laguna Colorada perdió el 60% de su embalse, pues de sus 52 kilómetros cuadrados de superficie, perdió al menos 20, producto de la evaporación provocada por el fenómeno "El Niño".
El mismo martes la ministra de Medio Ambiente, Alexandra Moreira, anunció una inspección para verificar el desvío de aguas del río Desaguadero, hecho que contribuyó a la sequía en el lago Poopó.
"La desaparición del lago Poopó en Oruro, el segundo más grande del país, develó las debilidades y falta de políticas que enfrentan las autoridades de este departamento en el área de preservación ambiental, pero también reabre el debate sobre las políticas que se implementan en el país para la preservación de recursos naturales, principalmente en el área hidrológica", menciona por otro lado el diario cruceño, en su edición del 22 de diciembre
En la nota se advierte que la falta de políticas amenazan al volumen del río Piraí, donde hay urbanizaciones que están arrasando con quebradas, arroyos y lagunas; complicando cada día más el escurrimiento superficial, así como la depredación y explotación de áridos.
Otro detalle difundo a través del diario Los Tiempos es la contaminación en la laguna cochabambina de Coña Coña, donde se detectó la conexión de desagües sanitarios clandestinos, además de basura y otros agentes contaminantes.
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