Sunday, January 5, 2014

Un rayo de sol ante la falta de agua potable en la pobreza



La carita sonriente que aparece en la pantalla indica que el agua ya está limpia de bacterias y se puede beber. Para lograrlo, solo hizo falta el Sol, tiempo, una botella transparente y, para asegurar un proceso óptimo, un novedoso aparato que ayuda a potabilizar.

Hace tiempo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la eficacia del método Sodis (Solar Water Disinfection, en inglés), es decir, la desinfección del agua mediante la exposición a los rayos solares para eliminar bacterias, virus y parásitos.

Este sistema, barato y sencillo, es ideal para luchar contra las enfermedades que causa beber agua contaminada y que cada año cuesta la vida a unas 2,2 millones de personas en el planeta.

Ahora, una empresa austriaca está a punto de comercializar el WADI (WAter DIsinfection) un aparato que ayuda a usar el método Sodis, con el cálculo del momento en el que el agua ya está lista para beber.

“Sodis es muy fácil y es gratis, pero la gente no lo usa porque se siente insegura, no sabe o no cree que funcione. WADI indica con seguridad cuándo (el agua) está lista, no hay que calcular cuánto tiempo lleva bajo el Sol”, explicó Martin Wesian, creador del novedoso aparato.

Wesian, ingeniero de formación y que sufrió de cólera por agua contaminada durante un viaje a Venezuela, desarrolló hace tres años la idea de un mecanismo que midiera la intensidad de la radiación ultravioleta (UV) para establecer cuánto tiempo tarda la desinfección.

WADI funciona con energía solar, se enrosca al cuello de la botella, para asegurar que los sensores están cerca del líquido. Varios parámetros, como la altura, la nubosidad o la contaminación atmosférica, hacen variar el tiempo de desinfección.

“El aparato mide los rayos UV y, según nuestras investigaciones en el laboratorio y sobre el terreno, junto a universidades, tenemos varias curvas para ver cuánta energía necesitamos para reducir los gérmenes”, indicó Wesian.

Una barra de progreso y un smiley (carita sonriente) indican cuando se ha llegado al punto en el que el agua es potable. Sin embargo, Wesian, fundador de la compañía Helioz, reconoce que ni el método Sodis ni el aparato que inventó solucionan todos los problemas de potabilización porque no sirven en contaminación química o por metales.

Invento. De acuerdo con Helioz, el pequeño aparato es un sustituto de métodos como las tabletas de cloro o el hervido del agua, pero más económico y sencillo, porque no precisa baterías, repuestos o mantenimiento.

La empresa estima que el dispositivo puede funcionar durante cinco años, aunque las primeras unidades se comercializarán con una garantía de dos, hasta confirmarse su resistencia con el uso diario.

El aparato se probó sobre el terreno en la India y entre comunidades nómadas de Kenia y Etiopía, y a partir de enero empezarán a distribuirse a gran escala en Uganda, entre los pigmeos batwa, y también en Ghana, detalló Wesian.

WADI despertó también interés en Latinoamérica, cuenta Wesian, y menciona los primeros contactos con una firma brasileña de tratamiento de aguas y el Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia de Brasil. Además recibieron consultas de Perú, Chile y de Bolivia, donde la altura sería una ventaja, ya que acelera el proceso de desinfección por radiación solar.

La eficacia de WADI fue certificada por la Facultad de Ciencias Agrícolas de Viena (Austria), pero Wesian confía en que la OMS le dé también su visto bueno en los próximos meses.

Aunque en Uganda el aparato será distribuido gratuitamente, mediante donaciones, Helioz comercializará WADI a un precio de 13 y 15 dólares, todo dependerá del pedido.

La compañía tiene contactos con gobiernos, organizaciones no gubernamentales (ONG) y empresas, y planea recurrir a la responsabilidad social corporativa para abaratar el producto para el usuario final.

Pero además de la escasez, WADI es útil durante catástrofes naturales. Hay planes para distribuirlo en Filipinas, por el tifón.

No comments:

Post a Comment