La planta de tratamiento de aguas servidas de Albarrancho está colapsada, descarga aguas sin tratar al río Rocha y se ha convertido en un botadero de residuos de coca molida proveniente del narcotráfico, según se constató ayer en una inspección realizada por la comisión sexta de la Asamblea Legislativa Departamental a las lagunas administradas por Semapa.
Las aguas contaminadas son utilizadas por decenas de agricultores de la zona de La Maica para regar terrenos de alfalfa, lechuga y maíz. Los productores tienen conectadas bombas de agua o “pinchazos” como ellos las llaman en varios puntos del río Rocha, que reciben las descargas de la planta de Albarrancho, para regar sus cultivos.
Según el gerente de Semapa, Marco Antonio Barriga, la planta fue diseñada hace más de 60 años para recibir 450 litros segundo, sin embargo, en la actualidad ingresan más de 650 litros segundo. “Tenemos una insuficiencia hidráulica por el arrastre de sedimentos, por lo que estamos haciendo el cambio de los colectores, pero necesitamos mejorar la planta”, remarcó.
Semapa está a la espera de que el Ministerio de Medio Ambiente y Agua apruebe un proyecto para modernizar la planta de tratamiento de Albarrancho, que demanda una inversión de 10 millones de dólares y que podrá transformar el sistema de trabajo y entregar a los agricultores aguas aptas para el riego.
Según el asambleísta Marco Carrillo, la situación de la planta es insostenible y ha llegado la hora de ocuparse en mejorarla. Explicó que los agricultores no sólo se quejan de la mala calidad del agua, sino de la pérdida de terrenos cultivables, porque la salinización del suelo es “extrema”. El gerente de Semapa afirmó que la situación de la planta se agrava por las descargas de residuos industriales. “La combinación de varios químicos” hace que el agua salga verduzca y con lavazas. Agregó que el agua que se descarga al río Rocha no está complentamente tratada. “Semapa lo que está haciendo es mitigar esto”, dijo.
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